AUDIO RESUMEN DEL LIBRO Rituales diarios: cómo trabajan los artistas de Mason Currey
AUDIO RESUMEN DEL LIBRO
Rituales diarios: cómo trabajan los artistas
de Mason Currey
Franz Kafka, frustrado con su vivienda y su trabajo diario, escribió en una carta a Felice Bauer en 1912, “el tiempo es corto, mi fuerza es limitada, la oficina es un horror, el apartamento es ruidoso y, si es una vida agradable y directa no es posible, entonces uno debe tratar de escabullirse mediante maniobras sutiles ".
Kafka es una de las 161 mentes inspiradas, e inspiradoras, entre ellas novelistas, poetas, dramaturgos, pintores, filósofos, científicos y matemáticos, que describen cómo maniobran sutilmente los muchos obstáculos (autoinfligidos) y (autoimpuestos) rituales diarios para realizar el trabajo que les gusta hacer, ya sea al levantarse temprano o quedarse despierto hasta tarde; ya sea automedicándose con donas o bañándose, tomando grandes cantidades de café o dando largas caminatas diarias. Thomas Wolfe escribió de pie en la cocina, la parte superior de la nevera como su escritorio, soñando con sus "configuraciones masculinas". . . Jean-Paul Sartre masticó tabletas de Corydrane (una mezcla de anfetamina y aspirina), ingiriendo diez veces la dosis recomendada cada día. . . A Descartes le gustaba quedarse en la cama, su mente deambulaba dormida por bosques, jardines y palacios encantados donde experimentaba "todo placer imaginable".
Aquí están: Anthony Trollope, quien se exigió a sí mismo que cada mañana escribiera tres mil palabras (250 palabras cada quince minutos durante tres horas) antes de ir a su trabajo en el servicio postal, que mantuvo durante treinta y tres años durante la redacción. de más de dos docenas de libros. . . Karl Marx . . Woody Allen . . . Agatha Christie . . . George Balanchine, quien hizo la mayor parte de su trabajo mientras planchaba. . . Leo Tolstoy . . . Charles Dickens . . Pablo Picasso . . . George Gershwin, quien, dijo su hermano Ira, trabajó doce horas al día desde la madrugada hasta la medianoche, componiendo al piano en pijama, albornoz y zapatillas. . .
Aquí también están los rituales diarios de Charles Darwin, Andy Warhol, John Updike, Twyla Tharp, Benjamin Franklin, William Faulkner, Jane Austen, Anne Rice e Igor Stravinsky (nunca pudo componer a menos que estuviera seguro de que nadie podía escucharlo y, cuando estaba bloqueado, se paraba sobre su cabeza para "limpiar el cerebro").
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Franz Kafka, frustrado con su vivienda y su trabajo diario, escribió en una carta a Felice Bauer en 1912, “el tiempo es corto, mi fuerza es limitada, la oficina es un horror, el apartamento es ruidoso y, si es una vida agradable y directa no es posible, entonces uno debe tratar de escabullirse mediante maniobras sutiles ".
Kafka es una de las 161 mentes inspiradas, e inspiradoras, entre ellas novelistas, poetas, dramaturgos, pintores, filósofos, científicos y matemáticos, que describen cómo maniobran sutilmente los muchos obstáculos (autoinfligidos) y (autoimpuestos) rituales diarios para realizar el trabajo que les gusta hacer, ya sea al levantarse temprano o quedarse despierto hasta tarde; ya sea automedicándose con donas o bañándose, tomando grandes cantidades de café o dando largas caminatas diarias. Thomas Wolfe escribió de pie en la cocina, la parte superior de la nevera como su escritorio, soñando con sus "configuraciones masculinas". . . Jean-Paul Sartre masticó tabletas de Corydrane (una mezcla de anfetamina y aspirina), ingiriendo diez veces la dosis recomendada cada día. . . A Descartes le gustaba quedarse en la cama, su mente deambulaba dormida por bosques, jardines y palacios encantados donde experimentaba "todo placer imaginable".
Aquí están: Anthony Trollope, quien se exigió a sí mismo que cada mañana escribiera tres mil palabras (250 palabras cada quince minutos durante tres horas) antes de ir a su trabajo en el servicio postal, que mantuvo durante treinta y tres años durante la redacción. de más de dos docenas de libros. . . Karl Marx . . Woody Allen . . . Agatha Christie . . . George Balanchine, quien hizo la mayor parte de su trabajo mientras planchaba. . . Leo Tolstoy . . . Charles Dickens . . Pablo Picasso . . . George Gershwin, quien, dijo su hermano Ira, trabajó doce horas al día desde la madrugada hasta la medianoche, componiendo al piano en pijama, albornoz y zapatillas. . .
Aquí también están los rituales diarios de Charles Darwin, Andy Warhol, John Updike, Twyla Tharp, Benjamin Franklin, William Faulkner, Jane Austen, Anne Rice e Igor Stravinsky (nunca pudo componer a menos que estuviera seguro de que nadie podía escucharlo y, cuando estaba bloqueado, se paraba sobre su cabeza para "limpiar el cerebro").
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Kafka es una de las 161 mentes inspiradas, e inspiradoras, entre ellas novelistas, poetas, dramaturgos, pintores, filósofos, científicos y matemáticos, que describen cómo maniobran sutilmente los muchos obstáculos (autoinfligidos) y (autoimpuestos) rituales diarios para realizar el trabajo que les gusta hacer, ya sea al levantarse temprano o quedarse despierto hasta tarde; ya sea automedicándose con donas o bañándose, tomando grandes cantidades de café o dando largas caminatas diarias. Thomas Wolfe escribió de pie en la cocina, la parte superior de la nevera como su escritorio, soñando con sus "configuraciones masculinas". . . Jean-Paul Sartre masticó tabletas de Corydrane (una mezcla de anfetamina y aspirina), ingiriendo diez veces la dosis recomendada cada día. . . A Descartes le gustaba quedarse en la cama, su mente deambulaba dormida por bosques, jardines y palacios encantados donde experimentaba "todo placer imaginable".
Aquí están: Anthony Trollope, quien se exigió a sí mismo que cada mañana escribiera tres mil palabras (250 palabras cada quince minutos durante tres horas) antes de ir a su trabajo en el servicio postal, que mantuvo durante treinta y tres años durante la redacción. de más de dos docenas de libros. . . Karl Marx . . Woody Allen . . . Agatha Christie . . . George Balanchine, quien hizo la mayor parte de su trabajo mientras planchaba. . . Leo Tolstoy . . . Charles Dickens . . Pablo Picasso . . . George Gershwin, quien, dijo su hermano Ira, trabajó doce horas al día desde la madrugada hasta la medianoche, componiendo al piano en pijama, albornoz y zapatillas. . .
Aquí también están los rituales diarios de Charles Darwin, Andy Warhol, John Updike, Twyla Tharp, Benjamin Franklin, William Faulkner, Jane Austen, Anne Rice e Igor Stravinsky (nunca pudo componer a menos que estuviera seguro de que nadie podía escucharlo y, cuando estaba bloqueado, se paraba sobre su cabeza para "limpiar el cerebro").
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